En febrero de 1905, con motivo del III Centenario de la publicación de la Primera Parte del Quijote, el poeta, escritor, periodista y diplomático nicaragüense Rubén Darío, acompañado del también periodista, Pedro González Blanco, visita Argamasilla de Alba.
Dos crónicas escribió Rubén Darío sobre esta visita en el periódico LA NACIÓN, de Buenos Aires. La primera, titulada: “En tierra de Don Quijote” la redacta en Argamasilla, siendo publicada en el diario argentino el 9 de abril.
“Y en la iglesia del lugar, que tiene honores de catedral, vi algo que verdaderamente merece atención muy especial. Es un retablo que no tiene nombre de pintor. Representa una virgen entre dos santos, y abajo hay dos figuras, las de D. Rodrigo de Pacheco y su sobrina. La cabeza de él tiene un poco de Cervantes, de un Cervantes joven y meditativo y un poco del Caballero de la Triste Figura. Hay que recordar que este D. Rodrigo de Pacheco es el mismo que hizo encarcelar a Cervantes, por la razón de que el pobre ingenio vino a cobrarle una suma que debía”.
La segunda, escrita en Madrid, en el mes de marzo, se titula: “La cuna del Manco” y fue publicada el 21 de mayo de ese mismo año.